La villa está atravesada por el río Gállego y su primer afluente, el río Aguas Limpias, y en su estampa, recortada contra la montaña. Destaca la silueta del campanario de la iglesia gótica de Nuestra Señora de la Asunción, que fue levantada en la parte alta de la localidad en el siglo XVI por deseo de Juan de Lanuza sobre los restos de una ermita románica. Declarada Bien de Interés Cultural en 2001, permanece en perfecto estado de conservación y alberga hoy en su interior un valioso retablo plateresco y la venerada imagen de la Virgen de las Nieves (patrona de la villa).
Sallent de Gállego está rodeada de modernas urbanizaciones y estaciones de esquí, sin embargo, mantiene su ritmo apacible, su silencio y su aire cargado de antigüedad. Aunque hace tiempo que sus torres fortificadas desaparecieron, todavía conserva sus callejuelas estrechas y empinadas. Recorrer este pueblo es descubrir a cada paso la arquitectura de piedra típica de las casas pirenaicas. Rematadas por característicos tejados de pizarra en pendiente que se tiñen de blanco con las nieves del invierno. Unas edificaciones entre las que se pueden descubrir casonas señoriales blasonadas que atesoran siglos de historia como las Casas Socotor y Menín, del siglo XIX o la Torre de Casa Martón, que data de los siglos XIV o XV y es el edificio más antiguo de Sallent.
Un buen lugar para iniciar un paseo por el trazado es el Mentidero, en el centro de la villa. Se trata de una gran bancada cubierta y abierta a la calle, antiguo lugar de encuentro en el que los habitantes de la localidad se sentaban a dejarse calentar por los rayos de sol. Imprescindible es hacer una parada frente a la escultura a tamaño natural del Gigante de Sallent’, un homenaje a un vecino muy querido de la localidad, Fermí Arrudi, que medía 2,29 metros.
Otro elemento histórico es el triple arco románico de piedra del siglo X y que contrasta con un rocódromo que también se ubica en la concurrida plaza Valle de Tena.
En la ruta por esta localidad medieval el caminante se encuentra con el puente construido en el siglo XVI que sirve para cruzar el río Aguas Limpias. Este divide el casco urbano en dos barrios y que recibe el curioso apodo de Puente del Paco. Construido con piedra de mampostería y un solo arco ligeramente apuntado para sustituir al antiguo de madera, era el paso por donde cruzaban los peregrinos del Camino de Santiago procedentes del camino francés y del Hospital de Gabás. Su imagen iluminada por la noche, es digna de fotografiarse. Pero durante el día, si se viaja con niños, seguro que quieren pasar un rato en el parquecito que hay a su lado o improvisar un picnic en las mesas de la zona junto al río.
Para hacer un alto en el camino en esta visita turística, nada como reservar mesa en alguno de los restaurantes de la localidad y degustar los platos de la gastronomía de la zona. Migas con uva o huevo, jarretes guisados, sopas de ajo o carnes a la brasa son algunas de las propuestas culinarias que esperan para acompañar con un buen vino de Somontano.
Rutas de senderismo
Para quienes les guste la naturaleza, practicar senderismo o todo tipo de actividades de aventura y ocio al aire libre, este pueblo oscense es el destino perfecto para ello. Sallent de Gállego forma parte de la célebre ruta de senderismo GR-11, que recorre la cordillera pirenaica desde el mar Mediterráneo hasta el Cantábrico. En el pueblo comienza la etapa 13 que termina en el Refugio de Respomuso, desde donde se puede continuar con la etapa 14 hasta el Balneario de Panticosa. A lo largo de este recorrido de alrededor de 25 kilómetros se pasa por los refugios de Respomoso, Bachimaña y Casa de Piedra.
Otro sendero popular que sale desde el pueblo es el que da la vuelta al monte Pacino. Tiene 11,3 kilómetros de longitud y el grado de dificultad es fácil. Su punto más alto es el Pico Pacino (1.965 metros), que ofrece a los visitantes extraordinarias vistas a la Sierra de la Patarcua, Picos del Infierno, Balaitus, Foratata, los embalses de Lunaza y Escarra y la propia localidad de Sallent de Gállego.
Los más atrevidos pueden animarse a escalar los cercanos picos Anayet, Musales o Balaitus. Para el resto de la familia, simplemente se puede contemplar el cercano pantano de Búbal o realizar la sencilla excursión que consiste en acceder a la cascada de El Salto, un paseo de 2 kilómetros muy tranquilo y relajado, rodeado de mucha vegetación.
Jornadas de nieve
Sallent de Gállego se encuentra muy cerca de la estación de esquí de Aramón Formigal-Panticosa, la que más kilómetros esquiables de todo el país y una de las mecas de esquí de España. Solo se tardan 11 minutos en coche en recorrer los 10,5 kilómetros de distancia por la carretera A-136 en llegar a la estación, cuya amplitud, la calidad de su nieve y su famoso après-ski, la han convertido en toda una referencia para los amantes del mundo de la nieve.
Si después hace falta un descanso, nada como terminar la jornada en el spa de Sallent de Gállego, llamado Aguas Limpias, que ofrece distintas opciones para relajarse en el agua con vistas al atardecer sobre el valle.