El ibon de Batisielles, en el Parque Natural Posets-Maladeta, junto a Benasque, es uno de esos parajes con encanto especial, donde el paisaje te deja sin habla y de donde no quisieras irte. El ibón –de pequeño tamaño, de ahí su nombre- está en el valle de Estós, muy cerca de Benasque, y rodeado de altos picos, verdes praderas y tupidos bosques de abeto y pino negro. Y está considerado uno de los lugares más bonitos del valle de Benasque.
La excursión es recomendable para todo tipo de senderistas. Se llega hasta el ibón en algo menos de dos horas de caminata, en un recorrido fácil, apto para niños y mayores, con 550 metros de desnivel (desde 1.320 a 1.870 m). El recorrido completa es de 10 kilómetros y se tarda en hacerlo alrededor de tres horas, ya que se invierte poco más de una hora en regresar al punto de partida.
La ruta comienza en el aparcamiento del valle de Estós. Se llega hasta allí a través de la A-139, saliendo de Benasque hacia el norte, en dirección a los Llanos del Hospital. A 3,5 km hay que tomar un desvío a la izquierda –está perfectamente indicado-, que nos conducirá, en menos de un kilómetro hasta el aparcamiento.
De la parte trasera de los barracones parte el camino, que se adentra en el bosque y que enlaza con la pista que lleva hasta el refugio de Estós y que sigue el recorrido de la GR-11 –marcada con una lína roja y otra blanca- en paralelo al río Estós. Una vez pasado el pequeño embalse de Estós y las cascadas del barranco seguimos bordeando el río hasta que una pista en suave ascensión nos lleve hasta la cabaña de Santa Ana, en un pequeño prado.
La ascensión continúa hacia la fuente de Coronas y el valle de Batisielles –hay un desvío perfectamente señalizado-. A partir de allí la senda sube en zigzag, con algo más de pendiente, hasta llegar a la pradera de Batisielles. El esfuerzo final vale la pena: la belleza del paisaje merece eso y más.
El ibonet de Batisielles está ubicado en una verde pradera por la que discurre apacible el río Batisielles. El río forma pequeños meandros y está rodeado de altos y escarpados picos, que se reflejan en las aguas del ibón, como las Agullas de Perramo y las Tucas d’Ixeia.
Puedes hacer esta excursión durante todo el año, ya que aunque la nieve lo cubra, sigue siendo una excelente opción de ruta con raquetas. Lo dicho: un lugar del que no querrás irte, ni en invierno ni en verano.