“Hay muchos momentos a los que tienes que renunciar. El deporte te exige eso, esa madurez, darlo todo. Y lo das. Cuando estoy con mis amigos y a veces dicen ‘te acuerdas cuando…’ En muchos de esos momentos no he estado. He renunciado a ellos. Pero los resultados merecen la pena”. Lucas Eguibar lo dice con una sonrisa en la cara. Y es que el rider, campeón del mundo de snow, tiene claro que aunque ha renunciado a muchas cosas de su juventud, lo ha hecho por perseguir un sueño. Es difícil no verlo sonreír. Lo hace cuando habla de competición, de sacrificio para alcanzar la cima, de la familia o de las horas de viaje de Estados Unidos a casa o de Bulgaria a Alemania en busca del podio –lleva dos esta temporada- y de un billete para las próximas Olimpiadas.
Es su trabajo y lo adora. “Tengo que entrenar y he aprendido a valorar lo que tengo y a disfrutar de lo que hago. Gozo en la nieve, me encanta y tengo la suerte de ganarme la vida con ello”. Y eso que no es fácil. El snow no es el fútbol. No es deporte de masas. Hay que estar en la cima para conseguirlo y “es difícil” llegar allí y mantenerse. Aún así, ha llegado incluso a realizar campañas de crowdfunding para costear alguna otra de imagen. Como el cartel con el globo de cristal que le acreditaba como el mejor del mundo hace ya dos inviernos.
Quiere que sus triunfos sirvan para potenciar este deporte. Él es el más joven del equipo con 23 años, pero, asegura, falta cantera. “Se sabe poco de él. La gente no conoce que hay una liga, que estamos luchando por los primeros puestos…”, dice y añade que “quien lo ve, le encanta. Es llamativo”. Lo sabe por experiencia. Y es que él empezó en el esquí. Hasta los 15 años no cambio de disciplina, pero su pasión venía de lejos. “Siempre me llamó la atención. Ví los primeros juegos olímpicos de Torino en la tele, que quedó cuarto Jordi Fon, y me impactó”. A nadie deja indiferente el competitivo descenso. Es puro espectáculo. A él, además, le va como anillo al dedo. “Me pega. Es un poco como soy yo: competitivo y luchador. Este deporte es un poco así”. Hay que ser rápido para estar en la cumbre de este deporte, pero también, asegura, “tener la cabeza fría”.
«Camino de una meta»
Lucas Eguibar ha dejado impreso su nombre en la nieve, es historia del snowboard español, ha dado visibilidad a una disciplina para muchos desconocida y ha conseguido llegar a lo más alto. “Aprovecho cada carrera, porque quiero ir mejorando” camino de una meta que ya tiene fecha: el próximo invierno en Pyeongchang. Una de las etapas de esta ruta será Sierra Nevada, que este año celebra el Mundial de Snowboard y Freestyleski (del 8 al 19 de marzo).
Y en ese camino hacia la cima nos ha visitado este invierno en dos ocasiones. La primera, esta Navidad y lo hizo de nuevo la pasada semana junto a su hermano Nico, un ‘chute’ de positivismo para cualquiera que se acerque a él. Y es que Informe Robinson se ha fijado en el rider donostiarra para hacer un reportaje y su familia, en este caso su hermano, que es una parte importante de su motivación. Lucas fue diploma olímpico en Sochi y campeón del mundo al año siguiente. Un corto de Pyréne Media – premiado en el Festival Internacional de cortos del Pirineo Skimetraje- narra su vida en esos meses previos a esta hazaña y de su motivación particular. El luchó por conseguirlo, mientras su hermano lo hacía por salir adelante tras un grave accidente.