Es probable que tengas varios pares de esquís. Algunos puede que incluso sean del siglo pasado, de cuando aprendiste a esquiar con el colegio. Como no ocupan mucho en el fondo del armario los dejas ahí, macerando durante años.
Luego tenemos algunos más recientes, y esos esquís que te gustan tanto que son los que te llevas a esquiar dese hace ya unos años. Pero, por mucho que te gusten tus esquís, y por mucho que los cuides, ¿deberías cambiar de esquís? ¿Cada cuánto hay que cambiar de esquís?
La respuesta es posible que te sorprenda, porque aunque depende de muchos factores, la vida media de unos esquís o una tabla de snow es de 80 a 100 usos. Parece poco, pero tampoco esquías todos los días, por lo que si los cuidas tus esquís te durarán años.
La razón principal es que con el tiempo perderán su curvatura, el “camber”, por lo que deberás cambiar de esquís si quieres seguir teniendo el mismo control sobre las pistas.
100 días de esquí
Pero incluso si llevas menos de 100 días de esquí es posible que necesites pasar por el taller de esquí y arreglar pequeños desperfectos. Las fijaciones, por ejemplo, deben estar siempre en perfecto estado, y si no lo están debería ser sencillo repararlos o poner unas fijaciones nuevas.
¿Y las botas? Si no las hemos cuidado bien, y guardado durante el año en un lugar seco y siempre cerrado, es probable que se hayan podido deformar durante la época de fuera de temporada.
Una parte en la que a veces no nos fijamos es la suela de la bota. Puede desgastarse la suela por lo que la fijación no se agarrará bien. Este problema se puede solucionar reforzando la suela en un taller de esquí, pero a veces esto no es posible y tocará cambiar de botas.
Los bastones no son la parte más cara de tu equipo pero si no están bien tendrás problemas al esquiar. Si tienen una ligera curva puedes corregirla con unos pequeños golpes contra un árbol o un poste.
Si la curva es mayor, puedes llenarlo de arena y golpear suavemente el bastón en un lateral. Pero si el bastón tiene una arruga en el aluminio es hora de cambiarlos.
¿Cada cuánto hay que cambiar los esquís de los niños?
Aunque parezca que se debe aplicar la misma lógica que para tus propios esquís hay alguna diferencias. Para comprobar si debes cambiar los esquís o el resto de equipación de tus hijos comprueba lo siguiente:
Tamaño de los esquís. Como no paran de crecer debemos poner los esquís a su lado y ver hasta donde llegan. Si están por debajo de la barbilla y tu hijo tiene ya alguna experiencia esquiando, es hora de que los cambies.
Tamaño de los bastones. Estando de pie deben agarrarlos. Si los brazos no quedan en un angulo recto es que son demasiado pequeños.
Tamaño de las botas. A pesar de que antiguamente se decía que deben ser un poco grandes, lo correcto es que sean exactamente de tu talla. No queremos que baile el pie ni que hagan daño las botas. Una manera de saber si son su talla es poniendo el pie descalzo en la suela de la bota. Debería sobrar un centímetro y medio por delante y por detrás de su pie.
El casco no debe quedarse pequeño. Esto es muy importante por la seguridad de tus hijos. Si la ropa le queda un poco estrecha no será demasiado problema, pero el casco debe ir perfectamente ajustado a la cabeza.