Sentirte cómodo con tus botas puede hacer que tu jornada de esquí sea inolvidable o, por el contrario, que te parezca una pesadilla y estés deseando quitártelas. Son, probablemente, la parte más importante del equipo, pero a veces no les dedicamos la atención que merecen. ¿Sabes cómo elegir las botas que más te convienen?
Hay una amplia variedad de modelos, materiales, tecnologías… pero se trata de escoger las más cómodas y seguras para ti, así que empieza por hacerte algunas preguntas básicas: ¿Son para esquí, snow, fondo…? ¿Cuáles se adaptan mejor a tu altura, tu peso y tu nivel deportivo? Las botas de esquí deben sujetar bien tanto los pies como los tobillos. Y permitir que hagas todos los movimientos necesarios con comodidad.
Pero la elección de tus botas va mucho más allá de la comodidad. Debe ser un calzado adecuado a la actividad que vas a desarrollar. También debe mantener tus pies calientes y perfectamente aislados de la nieve exterior. Y además asegurar la perfecta conexión con tus tablas, para que puedas manejarlas con precisión y garantizar que tus movimientos sean naturales y fluidos.
Recuerda siempre que debes usar botas de tu número. No caigas en el error de comprarlas más grandes para que no te aprieten, ya que no serás capaz de dominar bien los esquís a la hora de hacer los giros y, además, podrías exponerte a sufrir una lesión de tobillo. Así que pide tu número y pruébate las botas con los calcetines que habitualmente usas para esquiar.
Que el talón no se separe de la bota
Debes comprobar que el talón y el tobillo quedan bien sujetos y que tus dedos tocan ligeramente la punta de la bota. Asegúrate de que puedes mover bien los dedos y no te preocupes si al principio notas el botín interior muy ajustado, cederá en cuanto uses tus botas unos cuantos días. Un buen truco para saber si las botas son de tu talla es caminar con ellas puestas y comprobar que el talón no se separa de la bota. Recuerda que cada pie tiene una morfología diferente en anchura, longitud de los dedos, altura del puente… así que es imprescindible probar y probar hasta dar con el modelo adecuado para ti.
Respecto a la rigidez de las botas, debes tener en cuenta que cuanto más rígidas sean, mayor será tu precisión para controlar la trayectoria de tus esquís. Por eso, como norma general, un esquiador novato suele usar botas con un nivel de flex -el índice que se utiliza para hablar de flexibilidad y rigidez, a menor cifra corresponde una mayor flexibilidad- por debajo de 60, mientras que un esquiador de nivel medio debería usar botas con un flex de 70 a 90, y un esquiador experto, por encima de 90.
El peso y la altura también influyen en el flex, que debe ser algo más alto para un esquiador alto y fuerte que para uno delgado y de altura media o baja.
Con estos consejos, estamos seguros de que tus próximas botas te encajarán a la perfección y disfrutarás como nunca del esquí. Y recuerda, ¡el diseño es importante, pero lo son mucho más la comodidad y la seguridad!