Ahora que acaba de terminar la temporada de nieve, es momento de guardar el material de esquí. Pero no de cualquier manera, no. Si quieres encontrar tus esquís, tu tabla, tus botas o tus bastones en perfecto estado para la próxima temporada debes seguir unos sencillos consejos de almacenaje y conservación.
Conviene dedicar algo de tiempo para guardar todo el material de forma correcta. Así evitarás que se deteriore.
Esquís y tablas de snow. Lo más importante es guardarlos secos. Elimina cualquier rastro de humedad antes de guardarlos, en caso contrario podrían oxidarse los cantos, lo que dificultará el afilado posterior. Además, los expertos recomiendan aflojar las fijaciones, para asegurarnos de que mantienen su resistencia cuando vuelva a ser necesaria. Si no sabes cómo hacerlo, es mejor que acudas a un taller, donde pueden hacer además una buena limpieza y encerado de las suelas, afilar los cantos y engrasar las ataduras. Piensa que tus esquís y tu tabla sufren un gran desgaste a lo largo de la temporada –por el rozamiento de suelas y cantos, el efecto abrasivo de la nieve, las piedras, etc.– y requieren más atención que el resto de material si quieres mantener intacta su capacidad de deslizamiento.
Vigila que, cuando guardes los esquís y tablas, los cantos no choquen entre sí ya que podrían dañarse. El mejor lugar para guardarlos es una zona seca y bien ventilada. Lo ideal es disponer de una zona específica para el material de esquí, con ganchos en la pared que mantengan la separación, pero, si no es tu caso, vigila al menos que no haya roces, que los esquís no estén unidos por los frenos (podrían sufrir daños si permanecen así tantos meses) ni apoyados en los cantos. Si dispones de una bolsa portaesquís, guárdalos dentro de ella.
- Lo primero que hay que hacer es limpiarlas y secarlas. Una vez extraído el botín interior se puede aplicar una cera especial para botas, tanto por dentro como por fuera de la carcasa, que se limpiará con un paño humedecido en agua jabonosa.
Lo más importante es guardar las botas bien secas y abrochadas, aunque sin apretar demasiado para que no se deformen. Vigila que la lengüeta quede en su sitio. Lo ideal es dejar las botas fuera de la bolsa que utilizas para transportarlas, en un lugar seco y bien ventilado y con papel de periódico –muy absorbente- en su interior. Así estarán perfectas cuando vuelvas a utilizarlas la próxima temporada.
- Antes de guardarlos comprueba que no han sufrido torceduras. Si es así, enderézalos, lávalos bien y vigila el estado de la base y cualquier otra pieza que haya sufrido desgaste. Una vez limpios y secos, guárdalos colgados por su amarre y sin que choquen con el resto del material.
- En primer lugar, revisa las etiquetas de tus prendas antes de lanzarte a lavarlas. Hay prendas elaboradas con materiales que no admiten lavados frecuentes ni a altas temperaturas. Lo habitual para este tipo de prendas es lavarlas con agua fría, jabón neutro y sin utilizar suavizante.
Con estos sencillos consejos, que no te llevarán más que unos pocos minutos, tu material estará perfecto para tu primer viaje a la nieve al inicio de la próxima temporada.