¿Os habéis preguntado de qué puede trabajar un monitor de esquí durante el verano? Carmen e Íñigo son un ejemplo de que se puede “vivir del agua” todo el año. En invierno en forma de nieve, dando clases de esquí en Aramón Formigal-Panticosa, y en verano en su estado más líquido, en el embarcadero Suscalar de Lanuza. Aquí os compartimos su historia…
“Soy sallentina, montañesa y montañera”. Así se describe Carmen Pérez, profesora en la Escuela Española de Esquí de Formigal. Carmen se puso los esquís por primera vez en Candanchú, donde su padre era profesor, ya que Formigal todavía no existía. Pero una vez abrieron la estación tensina, su padre pudo ejercer esta profesión en su pueblo natal, Sallent de Gállego, y Carmen y su hermana completaron su aprendizaje en las montañas que las habían visto nacer.
“Unas navidades, los profesores de la escuela me comentaron que necesitaban monitores, y me pidieron que les ayudara a dar clases. Yo sólo tenía 14 años, y recuerdo los nervios que pasé”, dice Carmen. “Me marcaban las pautas, y para mí era un juego… Por aquel entonces todavía no era la satisfacción que siento ahora cuando doy clases”, añade. A los 18 años se empezó a formar a nivel nacional, y desde entonces, cada invierno de su vida lo ha dedicado a enseñar lo que más le gusta: esquiar.
Carmen conoció a Íñigo Ligüeri, su marido, precisamente en Formigal. Íñigo provenía de San Sebastián, donde tenía un negocio de hostelería, y llegó al valle de Tena por una casualidad. “Vine un fin de semana para visitar a unos amigos, y me ofrecieron llevar el bar que ellos regentaban en Formigal. No me lo pensé. La primera impresión cuando llegué al valle de Tena fue muy agradable. A nivel de paisajes, oportunidades y la posibilidad de conocer gente diferente gracias al turismo que genera la estación”, comenta Ligüeri.
Íñigo ya esquiaba gracias al Club de Tenis de San Sebastián, por lo que quedarse en Formigal no le resultó nada difícil. Después de casarse con Carmen y tener dos hijos, decidió cambiar la hostelería por el esquí. “Carmen y su familia, saga de esquiadores, me influyeron mucho. Y para mí era continuar con el trato con el público pero de una forma diferente, mucho más agradecida”.
Pero, ¿y de qué trabajar en verano? Pues fue el pantano de Lanuza el que les dio la respuesta. “El embarcadero nace por Íñigo”, dice Carmen. “Él venía de la playa y veía que este lugar tenía muchas posibilidades”. “Ahora podemos vivir del agua todo el año, en invierno en forma de nieve, y en verano, de esa misma nieve convertida en agua”, explica. “Aprovechamos la nieve que se transforma en agua”, añade.
El embarcadero Suscalar es un lugar mágico. Está situado entre Sallent de Gállego y el pueblo de Lanuza, y en él se pueden realizar todo tipo de actividades acuáticas, desde paddle surf hasta hidropedales. “Piraguas individuales y dobles, canoas canadienses, windsurf o vela ligera… aquí te damos los consejos y nociones básicas para que puedas disfrutar de este pantano con seguridad”, explica Ligüeri, que también tiene los títulos de “monitor de salvamento” y “auxiliar técnico de salvamento acuático”.
“Es mi mini Zurriola”, explica, refiriéndose a la playa de Gros, de donde él proviene. “Tengo el gusto de poder trabajar todo el año en lo que me gusta y vivir donde me gusta”, añade. “Continúo con la actividad deportiva también en verano y por supuesto sigo con el trato con la gente”.
Carmen asegura que la estación de Aramón Formigal-Panticosa es “su vida”, porque ha supuesto que “toda mi familia y las generaciones que vienen podamos quedarnos y ganarnos la vida en el sitio que nos gusta”, y ahora con el embarcadero ·podemos vivir aquí todo el año”.
En el embarcadero Suscalar también se puede comer una rica paella o una carne a la brasa con unas vistas que recordarás para siempre. Si quieres más información puedes consultar su página web aquí: Embarcadero Suscalar
mayo 15, 2015
¿Se puede vivir de la nieve todo el año? Si se derrite… sí
¿Os habéis preguntado de qué puede trabajar un monitor de esquí durante el verano? Carmen e Íñigo son un ejemplo