Ahora que la primavera empieza a mostrar el Pirineo más verde, es buen momento para disfrutar de una buena excursión por los alrededores de Cerler, disfrutando de sus distintos valles, sus encantadores pueblos y sus espectaculares cascadas, en su mejor momento por el deshielo. ¿Nos acompañas?
Si quieres hacer un recorrido corto y muy sencillo, apto para niños y mayores, no dejes de visitar el pequeño pueblo de Anciles , a apenas dos kilómetros de Benasque, y a donde puedes llegar dando un tranquilo paseo bordeando el río –en paralelo a la carretera A-139-. Anciles es un lugar muy tranquilo, de tan solo 160 habitantes, donde encontrarás preciosas casas solariegas de los siglos XVI y XVII, con gruesos muros de piedra, preciosas arcadas y patios interiores de exuberante vegetación. En los alrededores del pueblo descubrirás uno de sus grandes tesoros, las manzanas rojas que pueblan sus fincas y son una de sus señas de identidad. ¡No dejes de probarlas!
Una ruta también sencilla y apta para hacer con niños es acercarte hasta las Gorgas de Alba –unas cascadas que forma el río Ésera-. Se trata de un sencillo y divertido recorrido, un sendero botánico, de una hora de duración aproximadamente, con carteles indicadores de las distintas especies de árboles y arbustos que encontrarás en tu camino, a través de un precioso bosque de hayas. Para llegar hasta allí desde Benasque, debes ir hacia el norte, en dirección a los Baños de Benasque y dejar el coche tras cruzar el río Ésera. La ruta está perfectamente señalizada y podrás disfrutar de la vista de las Gorgas de Alba desde los distintos miradores acondicionados para ello. ¡Disfruta de las vistas!
Otra excursión corta y sencilla de hacer es la visita a la cascada de Espigantosa. Para llegar hasta allí, hay que tomar la A-139 desde Cerler y Benasque, en dirección a Eriste. Un poco antes de llegar al pueblo, debes desviarte a la derecha hacia el refugio Ángel Orús. El primer tramo del camino está asfaltado y luego hay que continuar por una pista sin asfaltar que, tras un tramo en pronunciado ascenso, llega hasta un parking. Una vez que dejes el coche allí sólo hay que caminar entre 5 y 10 minutos –una ruta en ascenso que atraviesa un puente- para disfrutar de una espectacular vista de la cascada de Espigantosa. ¡Una gran recompensa para un esfuerzo tan pequeño!
Si te quedan ganas de ver más torrentes de agua, una buena opción es hacer la ruta de las tres cascadas –las cascadas de Ardonés o de Boom-, que ahora en primavera están en su mejor momento. La ruta parte desde Benasque. Desde allí hay que tomar la carretera que lleva a la estación de Cerler. Tras atravesar el cruce de la carretera con el barranco del Ampriu –donde verás un pequeño puente- llegarás a una curva muy cerrada donde hay una explanada a la izquierda en la que se puede dejar el coche. Desde allí, puedes continuar todavía un kilómetro más en coche a través de una pista, o empezar a caminar. A continuación, hay que tomar un pequeño camino a la derecha para recorrer unos 650 metros más –entre 5 y 10 minutos a pie- hasta llegar a los pies de la cascada de Ardonés, la más caudalosa de las tres que verás en esta excursión. El salto de agua es espectacular.
Al mismo pie de la cascada verás una pequeña pasarela metálica. ¡No olvides chubasquero si no quieres volver empapado, porque el agua seguro que te salpica! Desde allí, la senda continúa hasta el barranco de Clotet, la segunda cascada de esta ruta, con algo menos de caudal que la cascada de Ardonés. La tercera es el barranco de la Mascarada, que es la que suele tener menos agua de las tres aunque también resulta espectacular. De hecho, las tres cascadas son bien visibles desde la distancia. El regreso hasta el coche se hace por el mismo camino de la ida. ¡Disfruta del paseo y del agua!