¿Has oído hablar de la hidrosiembra? ¿sabes qué es? Consiste en proyectar sobre el suelo de las pistas de esquí una mezcla de productos para regenerarlo y conseguir que estén en perfecto estado para la práctica de los deportes de nieve.
“Es una mezcla homogénea de productos que colocamos en una especie de batidora, la hidrosembradora, en la que se ponemos semillas, estabilizadores de suelo, fertilizantes, coloides… «, explica José Antonio Villacampa, el ingeniero industrial que se responsabiliza del área de mantenimiento del Grupo Aramón.

Cada hidrosembradora tiene capacidad para 3.000 litros de agua, a la que se añaden 25 kilos de semillas, unas pacas de paja especiales de fibra vegetal, algunos kilos de pegamento coloide -que hace que la pasta resultante se adhiera sobre la pared o el terreno y no se vaya hacia el fondo- y unos ácidos que generan un efecto positivo sobre el suelo y activan el metabolismo de las plantas para regenerar así el terreno.
Con estas grandes cubas, con el producto ya mezclado y homogeneizado, y con la ayuda de una bomba a presión, los operarios se ocupan de distribuir la mezcla a través de mangueras por toda la superficie de las pistas, especialmente por las zonas más erosionadas. “La hidrosiembra tiene dos objetivos: conservar el suelo frente a la erosión de las lluvias y el arrastre y estabilizar todos los taludes de las pistas”, aclara Villacampa.

Con cada cuba se consigue actuar sobre unos 1.200 metros cuadrados de terreno. En Estrimal, por ejemplo, se han utilizado 22 cubas para cubrir toda la pista. Cada año se trabaja en las pistas que más lo necesitan, bien porque ha habido corrimiento de tierras o se ha hecho alguna modificación del terreno, por ejemplo al poner una pilona, o porque hace mucho que no se revisaba ese suelo.
Aunque no sea conocida por la mayoría de los esquiadores, la hidrosiembra comenzó a practicarse en las estaciones de Aramón en la década de los ochenta. “Al principio se sembraba a mano, y en el 89 empezaron a hacerlo con hidrosembradora unas empresas francesas. Las cosas han cambiado mucho desde entonces, ahora utilizamos semillas mucho mejores, siempre adaptadas al lugar de la siembra”, cuenta Villacampa. La mezcla de semillas –siempre autóctonas de la zona para garantizar el éxito de la operación y el respeto al medio ambiente- puede variar según la orientación de la pista, su exposición al viento…

Nada más terminar la temporada de esquí, comienza el trabajo de preparación de las estaciones para la siguiente temporada, aunque el otoño es el momento en el que se hace la gran siembra: “Es el momento ideal, el día es muy corto, hay una humedad por la tarde que hace que la semilla no se seque, y enseguida van a llegar las nieves que lo mantendrán húmedo todo el invierno.

Gracias a la hidrosiembra, la nieve se fija mejor sobre el terreno y permite que todos los esquiadores disfruten de esas buenas condiciones, como explica el responsable de mantenimiento de Aramón: “La hierba genera un efecto de manta sobre el terreno. Por eso la nieve que está en contacto con el suelo está siempre a 0ºC, mientras que en las capas superiores puede estar a -15ºC”. La mayoría de las pistas por las que te deslizas habitualmente han sido hidrosembradas. Y las que no lo han sido, lo serán: entre los proyectos de hidrosiembra está actuar sobre las pistas más altas del valle de Izas, “donde hay mucha roca, y nunca se ha hecho nada, así que tenemos un gran proyecto por delante para regenerar esas pistas”, dice Villacampa.
Así que ya lo sabes: mientras tú preparas tu equipo para esquiar, los operarios de mantenimiento de las estaciones están hidrosembrando las pistas para que las encuentres en las mejores condiciones desde el primer día.