Son tres localidades icónicas de Huesca. Todas ellas ofrecen al visitante decenas de planes adaptados a cualquier gusto y preferencia.
¡Con este artículo queremos presentártelas!
Jaca (Huesca), puerta de entrada al Pirineo
Sin duda, uno de los epicentros de la provincia oscense. Parada obligatoria antes de adentrarse en algunas de nuestras estaciones de esquí, o simplemente para pasar unos días de desconexión. ¿Vienes por la A-23? No olvides tomar primero una «Tomasina» antes de avanzar por Monrepós.
Si has llegado hasta aquí, seguramente te preguntarás qué ver y qué hacer en Jaca, y nosotros te podemos responder con una lista muy larga. Si buscas una foto espectacular, no lo dudes un segundo y sube al Fuerte Rapitán. Ante ti quedará la mejor panorámica de Jaca y sus alrededores. Cuando bajes, camina hasta la calle Mayor para dejarte caer por su zona de tapeo. No es muy extensa, pero repondrás fuerzas con algunos bocados únicos.
Los planes por Jaca pueden seguir por un paseo bastante largo, que te llevará a conocer prácticamente toda la localidad. Recorre el Paseo de la Cantera, empezando desde el extremo de la Escuela Militar, y llegarás hasta la Ciudadela -sí, allí te esperan los famosos ciervos- y el Paseo de la Constitución. Nosotros te aconsejamos que continúes primero por este segundo parque y ya después te tomes tu tiempo para conocer a fondo la Ciudadela.
Aínsa, el Sobrarbe y su magia
Aínsa y turismo son dos palabras muy unidas por razones obvias, que lo mejor es descubrir en persona. Es el punto perfecto para visitar Ordesa, la Sierra de Guara, el Posets-Maladeta o el Parque Natural de los Cañones. Igual que sucede con prácticamente todos los enclaves pirenaicos, desde Aínsa puedes dar comienzo a decenas de rutas senderistas. Si te sabe a poco y necesitas más aventura, en el pueblo varias empresas de aventuras que pueden disparar tus niveles de adrenalina.
¿Qué más visitar y hacer en Aínsa? Antes de responder a esta pregunta ya te avisamos que te pongas calzado cómodo. Solo el pueblo ya es un conjunto histórico-artístico de primer orden. Su castillo-fortaleza, el museo de oficios y artes tradicionales, o las diferentes iglesias de la zona son puntos perfectos para conocer la parte más tradicional. Y, por supuesto, la gastronomía no te dejará indiferente. Elige uno de los restaurantes de la zona y déjate aconsejar.
Y ahora, ¿Qué planes hacer en Benasque?
Pues algo muy parecido a lo que puedes hacer en los otros dos destinos de los que te hemos hablado: disfrutar. Tanto Benasque (Huesca) pueblo como las zonas de alrededor ofrecen al visitante decenas de planes. No es de extrañar, por lo tanto, que sea uno de los puntos más concurridos del Pirineo aragonés. No hay que olvidar que este enclave está muy cerca de los valles de Arán y de Gistaín, un atractivo al que se le une el Parque Natural Posets-Maladeta y el hecho de que alberga el mayor número de «tresmiles» de Aragón, un aliciente para cualquier amante de la montaña.
Si viajas hasta aquí, no solo te preguntarás qué ver en Benasque, también querrás saberlo todo acerca de los alrededores. ¡Hay mucho dónde elegir! Los 95 lagos de origen glaciar del valle, hasta coger el telesilla Aneto que sale del Ampriu para tener una vista privilegiada de todas las cumbres que conforman el mapa de Benasque. Te llevarás una foto única del Aneto o del Posets, dos picos que son historia de Aragón.
El listado de actividades y puntos de interés de Benasque es tan amplio que resultado complicado comprimirlo. Y es que también querrás hacer la Ruta del Portillon -con unas vistas de impresión, a las que se puede unir la ascensión al pico Salvaguardia- o te querrás llevar tu foto de las Gorgas de Alba, un sitio donde la primavera prácticamente adquiere tintes de película.