diciembre 10, 2013

La importancia de una correcta fijación para nuestros esquís

Sois muchos los aficionados que, año tras año, os apuntáis a la práctica del esquí. Cuando nos hemos decidido por

Sois muchos los aficionados que, año tras año, os apuntáis a la práctica del esquí. Cuando nos hemos decidido por este deporte, buscamos unos buenos esquís, un buen traje… Pero, ¿somos conscientes de que son las fijaciones de nuestros esquís unos de los elementos más importantes para el esquiador? Son las encargadas de garantizar nuestra seguridad como esquiadores, dándonos el correcto ajuste de la bota y, al mismo tiempo, liberándola cuando sea necesario. De una buena fijación para esquís dependerán las lesiones que podríamos tener ante, por ejemplo, una caída.
Pues bien. Para una correcta fijación de los esquís debemos ajustarnos a dos parámetros: la pretensión y la dureza del muelle.

Pretensión

Es lo que define la distancia correcta que tenemos entre puntera y talón para nuestra longitud de la bota. En un lenguaje más común, se trata de sistemas de muelles que permiten que la talonera se desplace hacia atrás cada vez que flexiona el esquí. Como actualmente no hay medidas unificadas, sino que cada fabricante cuenta con un modelo de pretensión diferente, te recomendamos que, a menos que seas un experto en este ámbito, dejes la regulación de la pretensión en las manos de un profesional autorizado.

Un empleado de Aramon, al cuidado del material.
Un empleado de Aramon, al cuidado del material.

Dureza del muelle

Es lo que comúnmente (aunque mal llamado) conocemos como el peso del esquiador. Corresponde a una escala de valores que hay entre puntera y talonera y que van habitualmente de 2,5 a 10, de 3 a 11, de 4 a 12, de 6 a 14 o en casos de esquís junior de 0,5 a 4 o de 2,5 a 7. Estos números, sin embargo, no se corresponden solo a nuestro peso, sino también a la altura, la longitud de la suela de la bota, el nivel de esquí y la edad. A diferencia de con la pretensión, los fabricantes de fijaciones sí que fijaron unos estándares en la regularización de la dureza y viene recogido en la norma DIN ISO 11088, que contempla tres pasos para la correcta fijación:

1.- Características físicas del esquiador: peso, altura y longitud de la bota. Existe una tabla creada para estos parámetros en los que encontraremos el valor más adecuado para nosotros (puedes verla al inicio de este post). En las columnas de la izquierda seleccionaremos el peso y la altura. Si no coinciden en la misma línea, tomaremos la línea superior. En esta línea, buscaremos la longitud de la bota. El dato que nos dé es la base para encontrar la regulación correcta.

2.- Nivel del esquiador. Existen tres tipos: el que esquía sin tomar riesgos, con bajas velocidades y pendientes suaves (nos quedaremos con el valor obtenido en el paso 1); el esquiador medio que prefiere velocidades variadas y terrenos de todo tipo (bajamos una línea en la tabla de regulación); y aquél que esquía de manera agresiva y a alta velocidad y que se desenvuelve perfectamente en pendientes medias y fuertes (se bajará dos líneas en la tabla).

3.- Edad del esquiador. Si la edad está por debajo de los 50 años, el dato es válido. Si es superior, debemos subir una línea más.

Siguiendo estos parámetros, tendremos el valor justo para regular nuestra fijación. ¡Ahora ya solo nos queda disfrutar de la nieve!

Tabla fijaciones