Este año predominan los planes al aire libre en familia. Estar al aire libre y respirar aire puro es además la mejor manera de pasar unos días de vacaciones. Queremos proponeros un plan distinto que a lo mejor no conocéis. Tres excusiones para conocer algún lago glaciar, tres rutas a los ibones del Pirineo.
¿Sabéis lo que es un lago glaciar? Los lagos glaciares, llamados Ibones en Aragonés, son aquellos que se forman en las montañas, normalmente a más de 2.000 metros de altitud.
Se formaron recientemente, si hablamos de formaciones geológicas, hace tan solo 30 mil años en la era glaciar. Estos Ibones son el nacimiento, en muchas ocasiones, de los ríos de Aragón.
El agua de estos lagos glaciares son de una pureza absoluta y muy fría ya que se alimentan del deshielo de la nieve. No suelen superar los 4º de temperatura y suelen tener placas de hielo en su superficie, algunos incluso en verano. Además, hay un montón de leyendas entorno a ellos.
Visitar un lago glaciar permite ver con tus propios ojos la acción de los glaciares en nuestro ecosistema. Es algo que no puedes perderte.
Los ibones de Asnos y Sabocos
Estos dos lagos glaciares están en la zona alta de la estación de esquí de Panticosa, y son los únicos que hay en la Sierra de Tendeñera.
Son dos ibones del Pirineo de fácil acceso y por eso os los recomendamos para ir en familia. En verano es el mejor momento para hacerlo así que no dejes pasar la oportunidad.
Es posible hacer el ascenso totalmente a pie, pero os advertimos de que es una buena caminata. Si subes con niños lo mejor es hacer parte del recorrido en telecabina de Panticosa, abierta del 17 de julio al 30 de agosto.
Después podéis subir andando.
Ibones de Anayet
En el valle del Tena podréis encontrar otros lagos glaciares impresionantes que además están muy cerca de las pistas de esquí de Formigal. Visitar los Ibones de Anayet nos permite ver el increíble pico Midi d’Ossau, en valle de Ossau.
No es una ruta difícil, sin tener que caminar muy deprisa llegaremos a los Ibones de Anayet en menos de dos horas. Es difícil describir con palabras las vistas que encontrarás ahí una vez llegues, pero de nuevo solo podemos decirte que valdrá la pena.
Ibones de Escarpinosa, Batisielles y Perramó
Para acceder a estos lagos glaciares, que son solo algunos de los más de dos mil que se encuentran en el parque Posets-Maladeta, hay que andar un poco más que en los dos anteriores que hemos descrito anteriormente.
Se accede a ellos , -conocidos como ibones en el Pirineo- desde el valle de Estós. Para llegar debemos aparcar en el aparcamiento habilitado en el desvío que encontraremos tras cruzar el puente nuevo de San Chaime, conduciendo desde Benasque en dirección al Plan del Hospital.
Una vez allí subiréis por una ruta que os tomará unas dos horas y media hasta llegar a los Ibones. Vale la pena el trecho final que nos lleva a al Ibón de Escarpinosa.
Es realmente un entorno que parece sacado de un cuento, con un bosque de pino negro de fondo y las estribaciones de las agujas de Ixeia y de Perramó.
Si te animas a visitar un lago glaciar no dejes de volver y contarnos tu experiencia aquí.