La lesión más habitual en el esquí es la de rodilla. Es un dato conocido por todos, ya que es la articulación más grande, a que soporta el peso del cuerpo cuando estamos de pie, y la que está más expuesta a sufrir una lesión por la flexión a la que se encuentra sometida durante la práctica del esquí. Pero los fisioterapeutas están acostumbrados a tratar todo tipo de lesiones en distintas partes del cuerpo, como contracturas, distensiones o roturas fibrilares, que se producen especialmente entre los esquiadores que acuden a las pistas con una escasa o inadecuada preparación física.
Si un esquiador está en buena forma física tendrá menos posibilidades de sufrir una lesión, ya que otras estructuras corporales, como músculos, tendones o ligamentos serán capaces de mantener la estabilidad de una articulación en caso de caída, por poner un ejemplo. Es decir, una buena forma física y el empleo de una correcta técnica de esquí o snow son la mejor combinación para evitar lesiones o, al menos, minimizar el riesgo de que se produzcan.
¿Y cómo se consigue esa buena forma física para el esquí? Sergio Álvarez, que lleva 12 años trabajando como fisioterapeuta en Formigal, aconseja combinar ejercicios aérobicos con otros de resistencia, equilibrio, flexibilidad y fuerza muscular para asegurarnos de que nuestras articulaciones están en su mejor estado.
Álvarez atiende muchas lesiones de origen muscular en su consulta, además de esguinces o luxaciones leves.
Lesiones leves. Hablamos sobre todo de lesiones de origen muscular, como contracturas, sobrecargas, calambres, distensiones, pequeñas roturas fibrilares, tendinopatías… “Todas ellas suelen producirse por falta de preparación, física, desconocimiento de la técnica, agotamiento, movimientos repetitivos, mala hidratación, alimentación… aunque también hay otras que tienen un componente más traumático, como contusiones, hematomas o torceduras”, explica el fisioterapeuta. Las fracturas en brazos, muñecas o manos no suelen tener mayores consecuencias a no ser que presenten alguna complicación de tipo infeccioso, vascular o nervioso. Una lesión habitual es el ‘pulgar del esquiador’, producida cuando la correa del bastón se engancha y el dedo pulgar se va hacia atrás y produce una lesión en los ligamentos colaterales del dedo. Ya hay bastones que incorporan un mecanismo de suelta rápida para evita que esto ocurra. En cuanto al snow, son habituales las lesiones de cadera o pelvis a consecuencia de caídas. La más común es la coccigodinia (dolor de coxis) producida por caídas de nalgas y que suele llevar consigo la luxación de este hueso.
Lesiones graves (requieren tres semanas o más de recuperación). Normalmente son de origen traumático: caídas, enganchones, choques…, que suelen dar como resultado esguinces, luxaciones, fracturas, traumatismos, etc. Ya hemos visto que la gran lesión del esquí es la de rodilla -un 40% del total de lesiones-. Le siguen, en volumen, los esguinces de tobillo y algunas fracturas. En el tronco existe una lesión sin consecuencias grave pero que es muy incómoda, muy dolorosa y de lenta de recuperación. Se trata de la contusión costal, normalmente a raíz de una caída fuerte y seca contra el suelo, y se ven muchas a lo largo de la temporada. Además, es habitual que esta lesión vaya asociada a la fractura de una o varias costillas.
Lesiones muy graves. Dentro de las lesiones de rodilla, una de las más habituales es la lesión del ligamento lateral interno. Su gravedad va a depender de si hay o no rotura del ligamento o si esta lesión se asocia a otras como meniscos o ligamentos cruzados. Todas estas estructuras, además de otras como cartílagos, bursas, cápsula articular… se pueden lesionar por separado o juntas, como ocurre con la famosa a la vez que temida Triada, con rotura del ligamento colateral medial o ligamento lateral interno, del ligamento cruzado anterior y también del menisco interno. “Es una lesión gravísima por la cantidad de estructuras afectadas y que puede arruinar el deporte favorito de cualquier persona y por supuesto terminar con la carrera deportiva de un profesional”, recuerda Sergio Álvarez.
En cuanto al tronco, hay que citar las fracturas vertebrales, que pueden tener consecuencias muy graves si hay afectación neurológica.
Y, en la cabeza, dependiendo del traumatismo las consecuencias de la lesión pueden ser gravísimas, aunque el uso cada vez más extendido del casco ha minimizado las consecuencias de este tipo de accidentes.
Si sufres una lesión, aunque creas que no es nada, acude al médico o al fisioterapeuta, ya que con su ayuda puede resolverse rápidamente. Si esperas y sólo acudes cuando la lesión se agrave, lo único que conseguirás es retrasar los tiempos de recuperación. Sólo un profesional puede evaluar la gravedad de tu lesión. Por ejemplo, lo que crees un simple golpe sin consecuencias en el hombro, podría ser una luxación o fractura de clavícula –frecuentes en snowboard-. Un consejo: no fuerces tus articulaciones, especialmente al final del día. Si te sientes agotado, déjalo, no peques de imprudencia o exceso de confianza. Es muy habitual escuchar en la consulta del fisioterapeuta “Fue ya al final” o «Me caí en la última bajada”, apunta Sergio.
noviembre 16, 2015
¿Cómo evitar una lesión de rodilla esquiando?
La lesión más habitual en el esquí es la de rodilla. Es un dato conocido por todos, ya que es