Como ya sabéis, nuestras estaciones de esquí están situadas en lugares únicos. Sitios con historia y, en algunos casos, sitios de leyenda. ¿Conoces algunas leyendas del Pirineo? Son relatos relacionados con nuestros valles y con las montañas del Pirineo aragonés. Aquí os dejamos algunas para un rato de lectura.
Leyenda de la ermita de Santa Elena
Si caminas aproximadamente dos horas desde Biescas, te encontrarás con una ermita barroca del siglo XVII. La leyenda cuenta que la emperatriz Elena, perseguida por los musulmanes por ser la madre del emperador Constantino (que terminó con el culto a los dioses romanos en favor del cristianismo), se refugió en las montañas del Pirineo.
El lugar donde se ocultó fue una cueva, en la que las arañas crearon una increíble y gruesa tela para que sus perseguidores no la vieran. En ese lugar, dónde Elena descansó, brotó la fuente de La Gloriosa. Así, en 1221 Jaime I de Aragón mandó levantar la Ermita en su honor. En la cueva nace un manantial que fluye por una fuente de la que se dice que, según cómo se encuentre Santa Elena cada día, sale más o menos agua.
Leyenda de Formigal
Arrancamos por una de las leyendas del Pirineo que da nombre a nuestra estación, a Formigal. El nombre de Formigal proviene de formigas (hormigas), unas hormigas blancas que, según se cuenta, vivían en los Pirineos y protegían a la diosa Culibillas, hija de los dioses de la montaña Anayet y Arafita.
Estos insectos milenarios habían elegido las laderas de la montaña de Formigal para vivir, y la diosa Culibillas pasaba mucho tiempo jugando con ellas. Cuando el temido Balaitús se enamoró de Culibillas, esta no le hizo el menor caso, pues era una muchacha inocente que prefería pasar el día con sus amigas las hormigas blancas.
Entonces Balaitús decidió secuestrarla, pero no pudo encontrar a su amada porque las hormigas blancas habían cubierto completamente su cuerpo para ocultarla.
Balaitús, llevado por la ira, mató a muchas de estas hormigas, y desde entonces la cima de Formigal está cubierta de blanca nieve. Culibillas estaba tan agradecida a las hormigas blancas que se clavó un puñal en el pecho para que, las que quedaban, pudieran refugiarse dentro de su cuerpo.
Este agujero es el Forato de peña Foratata, y puedes visitarlo cuando vayas a Sallent de Gállego. ¡Y, según la leyenda, cuando subas a la peña podrás escuchar los latidos de la diosa Culibillas!
Leyenda de Pyrene y Hércules
¿Te has preguntado de dónde viene la palabra Pirineo? Procede de Pirene, una hija del dios Tubal. Hay una leyenda que narra la historia de amor entre el héroe Hércules y la hermosa Pirene, amor al que se oponía el padre de Pirene, que era el amo de las tierras pirenaicas y que desterró a Hércules para que no estuviera con su hija.
A partir de entonces, Pirene se sumió en una profunda tristeza y rechazó a todos los hombres que se enamoraron de ella. Uno de estos pretendientes, cegado por la ira, incendió el bosque donde se hallaba Pirene y esta murió.
Hércules regresó de su destierro para enterrar a su amada en el lugar donde había fallecido. Según cuenta la leyenda, Pirene descansa para siempre junto a unas enormes piedras que serían el origen de los Pirineos.
Historia del Gigante de Sallent
Este relato es más que una de las leyendas del Pirineo: es una historia real. En Sallent de Gállego, en 1870, nació Fermín ArrudiUrieta, que llegó a convertirse en un hombre de 2,29 m de altura.
Su peculiar físico lo convirtió en un personaje muy conocido en todo el Pirineo, el «Gigante de Sallent», y viajó por todo el mundo para mostrar al público su altura. Su niñez y su adolescencia fueron muy difíciles. Era una persona muy sensible y cariñosa, muy querida por todos, con grandes dotes para los estudios y la música.
Sus viajes como parte de estudios científicos por su estatura, le ayudaron a conocer distintas culturas y lenguas. Se casó con una parisina. Se ganó la vida durante años exhibiendo su altura por muchos países del mundo, y con el dinero que obtuvo pudo comprase una casa en Sallent para vivir allí.
Así se convirtió en uno de los aragoneses más ilustres. Con el tiempo su historia se ha revestido de leyenda y se le ha atribuido una fuerza sobrehumana. Si paseas por la localidad, podrás ver, al lado del Ayuntamiento, una estatua a tamaño real. ¡No te vayas sin hacerte una foto junto al Gigante de Sallent!
Leyenda del Monte Perdido
De todas las leyendas del Pirineo que relatan el origen del Monte Perdido, destaca la del mendigo y el pastor, que se ha transmitido de generación en generación.
Yendo por la zona, el mendigo le pidió comida al pastor, y este le respondió que él también tenía hambre y no pensaba compartir sus alimentos. Después de insistir varias veces, el mendigo, que resultó ser San Antonio, castigó al pastor por su egoísmo, diciéndole: «Te perderás por avaricioso, y allí, donde te pierdas saldrá un gran monte, inmenso, tan grande como tu falta de caridad».
Entonces el mendigo desapareció y se convirtió en el monte Perdido.
Leyenda de las brujas de Tena
En la zona del valle de Tena se ha documentado la caza de brujas entre los siglos XV y XVII. En el siglo XVI hubo una «epidemia de brujería» que arrasó todo el valle y según la cual muchas mujeres fueron terriblemente castigadas. En el siglo XVII, los historiadores documentan un episodio increíble: 72 mujeres de Tramacastilla y Sandiniés fueron acusadas de estar poseídas por el demonio por haber estado en contacto con Pedro de Arruebo, que según la leyenda endemonió a miles de habitantes del valle de Tena.
El propio inquisidor que fue a solucionar los problemas, se cuenta que también murió de un maleficio. La situación fue tan grave que muchos habitantes abandonaron las tierras. Esto, unido a la gran peste, hizo que el valle sufriera una fuerte crisis de hambre, muerte y miseria en el siglo XVII.
¿No te parecen apasionantes estos mitos, historias y leyendas? ¡Anímate a conocer estos lugares para saber mucho más!