Las montañas, ríos y valles del Pirineo esconden mucha magia. Tanta que incluso alguno de los nombres más familiares de todos estos puntos ha servido (y sirven) para que muchos padres bauticen a sus recién nacidos con algunos de los más característicos.
¿No te suenan Ara, Izarbe, Ixeia, Anayet o Acher? ¡Seguro que ya conoces algún jovencito/a con estos nombres en su DNI!
Elegir el nombre de un bebé es algo muy personal. Hay muchas razones para seleccionar uno en concreto. Las modas culturales, los gustos personales (por supuesto) u otras tendencias como nombres famosos o literarios explican algunos de los bautizos. Durante mucho tiempo, la tradición de utilizar nombres propios aragoneses ha ido en descenso. Sin embargo, según cuentan desde el Instituto Aragonés de Estadística, esto ha cambiado bastante y los nombres propios de nuestra tierra han vuelto a estar de moda.
¿Los más habituales? Izarbe, Jara y Malena para las niñas. Mientras que Lorién, Francho y Lizer han ganado muchos enteros para los niños.
Cuando tu nombre proviene de una montaña
Lo bueno de tanta variedad es que también sirve para descubrir la riqueza cultural que tenemos en Aragón. Ara, por ejemplo, tiene su origen en el río que lleva este nombre. Un maravilloso río de montaña que ofrece paisajes inigualables.
Por su parte, Acher tiene su origen en una montaña. El conocido Castillo de Acher es un precioso pico, que puedes conquistar desde la Selva de Oza. Es uno de los más típicos de la zona de Hecho, y atrae la atención de montañeros de toda España porque es uno de los pocos que surgió como una fortaleza amurallada.
No son los únicos nombres del Pirineo o de Aragón que le deben su origen a una montaña. Ixeia es otro de los que vuelve a escucharse con fuerza. Proviene de otra montaña única. Con laderas increíbles y agujas de punta que, igual que sucede con el propio nombre, no dejan a nadie indiferente.
Origen puro aragonés
¿Sabías que a uno de nuestros paisanos más ilustres también se le conocía como Francho Goya? Este nombre no es más que la traducción de Francisco a la lengua propia aragonesa. Y desde 2015 ha comenzado a utilizarse mucho. Algo parecido pasa con Lorién, que traducido al castellano significa Lorenzo.
A todos estos orígenes se les puede añadir los que tienen cierto tinte más religioso. Jara, por ejemplo, es una ermita de la capital de Huesca. Tuvo que ser restaurada para que su historia continuara viva en nuestro tiempo. Por su parte, las niñas que se llaman Izarbe también le deben su nombre a una ermita, pero en este caso una que se encuentra cerca de Anzánigo.
Ahora que conoces el origen de muchos de estos nombres, ¿cuál te gusta más? ¿Conoces alguno más que quieras compartir con nosotros?