La ermita de Orante y la catedral de Huesca, lugares mágicos de Aragón

Hoy os vamos a descubrir dos lugares mágicos de Aragón. Cuando describimos estos lugares por su “magia” no nos referimos a que tengan cualidades paranormales, si no a que en estos lugares ocurren hechos, que por casualidad o por otras razones difíciles de explicar, escapan a lo cotidiano.

Estos hechos han conseguido que estos lugares hayan tenido unas creencias mágicas asociadas a ellos que el tiempo y la evolución de la cultura han asentado en la mística popular. La historia de Aragón es muy antigua, habiéndose descubierto vestigios de ocupación humana de hace más de medio millón de años. Pero lo que hoy conocemos como Aragón se inicia en la Edad Media. Aragón está situado en una encrucijada de caminos entre norte y sur y este y oeste. Es en el siglo XI cuando se forma el primer reino de Aragón y estos siglos de historia dan pie a multitud de relatos con un componente mágico. Las características físicas, casualidad o no, de los lugares que os vamos a describir, aumentan la mitología que los rodean.

La ermita de San Benito de Orante

Existe el debate de si fue construida en el siglo XI como la mayoría de los entendidos opinan, o con anterioridad, en la época prerrománica. En cualquier caso se trata de un edificio de arquitectura sacra en el monte de Cerresión, entre Jaca y Sabiñánigo, construido para honrar la resurrección.

Además de por su belleza, este lugar atrae a personas interesadas en lo mágico y es considerado un lugar de energías sanadoras. Aunque se cerró en el siglo XVIII, la curiosa ventana que está orientada hacia el oeste permitía la entrada de un rayo de luz solar que iluminaba el pentáculo de la puerta de entrada. Esta alegoría a la resurrección funcionaba solo cuando caía el sol durante el solsticio de verano, y aunque ya no puede verse, y por tanto ha perdido sus cualidades sanadoras, sigue atrayendo a aquellos interesados en lo místico.

La catedral de Huesca

La catedral de Huesca, conocida como la catedral de Santa María, se construyó entre los siglos XIII y XVI, y es de estilo gótico. El componente mágico de esta catedral lo encontramos en la capilla de San Joaquín. De nuevo el sol y sus rayos son los protagonistas de este lugar mágico de Aragón. Pocas personas conocen la historia, pero los que han visto el fenómeno se sienten tentados de asignarle un componente mágico.

Durante unos días antes del equinoccio de primavera, entre el mediodía y durante media hora, los rayos del sol entran por los ventanales de la cúpula sobre la imagen de la Inmaculada de la capilla, creando un efecto visual espectacular, que quiere resaltar la pureza de la virgen. Existe el debate de si este efecto óptico fue introducido en la remodelación del siglo XVI o si siempre existió. En cualquier caso es una “visión” digna de verse. No dudéis en visitar esta hermosa catedral durante los días en los que se puede disfrutar de este espectacular efecto visual.

¿Conoces otros lugares mágicos de Aragón?

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