Miguel Ángel decía que la escultura estaba en la piedra y que solo había que quitar lo que sobraba para que surgiera la obra de arte. Algo parecido es lo que ha hecho el equipo de Aramón Formigal-Panticosa con la pista Lapazuso, inaugurada el año pasado.
La estación ha puesto en valor un descenso singular, “amable” para el esquiador, como explica el director de Montaña de la estación invernal, José Antonio Carnicer. Calificada como roja de principio a fin, Lapazuso ‘te lleva’ al valle de Anayet desde el de Izas.
Para quien sabe esquiar, la pista no presenta problema alguno pero puede impresionar un poco para quien tiene un nivel medio; la primera pala impresiona. Por eso, al bajar de la silla y contemplar el paisaje, encontramos un momento para colocarse mejor el casco, los bastones y, en definitiva, asegurar el descenso y disfrutarlo. Por delante, el esquiador tiene algo más de dos kilómetros donde acabará, casi seguro, con una sonrisa. Esta una pista ancha y con buena nieve gracias a su orientación y al trabajo que no se ve. Sus 2,3 kilómetros y 520 metros de desnivel son, sencillamente, juguetones.
Construir una pista de esquí es algo no se deja a la improvisación. Se cuidan todos los aspectos y se estudia el terreno palmo a palmo: se ‘patea’ en verano con y en invierno, se esquía. Es lo que se hizo para Lapazuso y lo que se hace antes de poner en marcha cualquier pista.
José Antonio Carnicer es esquiador de pista y en montaña, además de practicar snow, aunque bromea que en este caso es “muy malo y mis hijos se ríen de mí”. A él acudimos para que nos cuente cómo se construyó Lapazuso. “Es un proyecto, en parte mío, ya que participé de forma activa en la construcción de la pista como tal”, dice. “Lo que buscamos fue hacer una pista impactante y adaptarnos lo máximo posible a un terreno que era complicado”, acota.
Conocer el trazado sirve para ver dónde están los problemas, porque no se trata de dejarla toda igual. “Hay que mantener los cambios de pendiente, los giros de la pista y adaptarlos. Por eso hicimos una ‘s’ para darle más encanto y que ayudaran a reducir la velocidad. Tiene un inicio impactante que se buscó. Queríamos una entrada muy ancha para que nadie se asustara; consigues así hacer más fácil lo que parece más difícil. Hasta que pasas la ‘s’ llegas bien y luego ya es más tendida”, explica.
La orientación de Lapazuso es norte lo que ayuda a mantener la calidad de la nieve. En el diseño de las pistas se tiene muy en cuenta la orientación del sol para protegerlas de la radiación solar y se busca la inclinación necesaria. Esto no siempre se ha hecho así, hasta hace unas décadas no se construían pistas; se bajaba por donde tocaba. Ahora se mira todo e incluso se resiembra fuera de la temporada invernal con una semilla autóctona y se aprovecha el ganado del territorio para segar, porque la hierba alta juega a la contra cuando cae la nieve.
Lapazuso, en las dos temporadas que lleva en activo, ya rivaliza con la otra gran pista de Aramón Formigal- Panticosa, Tres Hombres. Aunque quizá, la pista de El Bosque, ese esquiar entre árboles, siempre es algo especial y le da una amplitud al dominio esquiable brutal. La estación te permite progresar de forma adecuada en tu esquí y disfrutarlo al máximo con pistas juguetonas para todos los niveles.
Ficha técnica
Pista: Lapazuso
Medidas: 2,3 kilómetros y 520 metros de desnivel.
Dónde: Conexión Valle Izas-Sarrios con Anayet por el cuatriplaza Pico Royo.
Calificación: Roja.