A diferencia de otras prácticas más complejas como el esquí de fondo, que requieren más técnica y conocimientos, las raquetas de nieve son unas aliadas perfectas para los que quieren disfrutar de una jornada deportiva en la nieve y no cuentan con una preparación específica. Ya os avisamos: ¡hacer raquetas de nieve engancha! Y desde que lo pruebes no podrás terminar un invierno sin hacer tu salida correspondiente.
Las raquetas de nieve son la herramienta que necesitas para caminar sobre la nieve sin hundirte a cada paso que das. Y es que uno de sus grandes ‘trucos’ son las cuchillas que equipan y que, salvando las distancias, imitan de alguna manera la función de unos crampones. La técnica para disfrutarlas no esconde grandes misterios: solo tienes que andar sobre ellas teniendo en cuenta que tendrás la sensación de caminar con los pies más grandes, así que la zancada será más elevada para no tropezar.
¿Cómo elegir raquetas de nieve?
Si tienes claro que no vas a poder pasar un solo invierno sin conquistar alguna ruta, puedes optar por comprar tus propias raquetas de nieve, aunque a lo largo y ancho del Prepirineo y el propio Pirineo encontrarás establecimientos que te alquilarán las más apropiadas para ti. Normalmente, te proporcionarán unas con fijaciones de correas para que así se puedan adaptar a cualquier tipo de bota.
Las botas para raquetas de nieve pueden ser perfectamente unas botas de montaña. También puedes usar las botas de esquiar, aunque, si nos permites el consejo, no son las más confortables para esto. Si tus botas no son impermeables recuerda llevar unos calcetines adecuados, o un par de recambio que te vendrán genial cuando acabes la ruta.
Con la ropa adecuada para hacer raquetas de nieve pasa algo parecido: no hace falta que utilices prendas puramente técnicas, cuanto más impermeables mejor, pero recuerda que necesitarás transpirar durante la ruta. Si no llevas pantalones de nieve no olvides tus polainas en casa. Unos bastones (¡imprescindibles!), un gorro, unas gafas de sol y la protección solar adecuada (aunque esté nublado el cielo) también deberían formar parte de tu equipamiento.
¿Cómo caminar con raquetas de nieve?
Durante tu ruta te enfrentarás a zonas llanas, pendientes y bajadas. Para las dos primeras es preferible que uses las raquetas en posición suelta para andar cómodamente. Si tienen alza para el talón, el paseo será todavía más confortable. En cambio, cuando te toque descender tendrás que usar la posición fija para controlar mejor los movimientos. Lo mejor es afrontar los descensos en zigzag y evitar siempre que sea posible las medias laderas.
Ya solo te queda elegir dónde quieres disfrutar de una jornada de raquetas de nieve. Desde las estaciones de Aramón hay un sinfín de opciones para pasar una preciosa jornada. Una ruta muy popular y adaptada a ‘raqueteros’ no muy expertos (pero con cierta condición física) es la subida a Canal Roya, en la zona de Formigal. Las vistas desde arriba son impresionantes y te podrás llevar una imagen del imponente Midi francés.
También desde Formigal puedes descubrir la experiencia que te proponen desde Las Mugas: un completo circuito de raquetas de nieve, durante el que cruzarás la frontera, que te llevará hasta el Ibón de Culivillas para descubrir gran parte de la historia del Valle de Tena.
¿Quieres hacer raquetas con niños?
Para los que quieren una ruta sencilla, para iniciados de verdad, el recorrido circular de unos 3 kilómetros del Ampriu Park de Cerler es perfecto. Una hora de duración, por un recorrido perfectamente balizado, que te servirá para dejarte conquistar por esta práctica.
¿Todavía quieres más? En la zona de raquetas de Valdelinares podrás hacer raquetas de nieve nocturnas. Imagina la sensación de pasear por la nieve bajo un manto de estrellas. ¡Querrás repetir!