El 6 de diciembre de 2014, Aramón Cerler daba el pistolezato de salida inaugurando la temporada. Era la primera estación del Grupo Aramón, y lo hacía con muy buenos espesores y una calidad de nieve polvo. 9 kilómetros esquiables en las cotas más altas para que pudieran empezar a disfrutar del deporte blanco aquellos esquiadores  con nivel medio-alto y alto. Durante los tres días del Puente de la Constitución, miles de esquiadores pasaron por la estación del valle de Benasque diciendo hola a una temporada que prometía…
Y con 29 kilómetros esquiables de calidad de nieve polvo, Aramón Cerler llegó a las navidades. Después de haber pasado por todas las casas repartiendo regalos, Papá Noel también quiso hacer una parada en este centro invernal. Primero en El Molino, y más tarde en Ampriu. Fueron más de 20 días mágicos donde niños y mayores pudieron disfrutar del mejor esquí.
Y en febrero llegó más nieve. Y de qué manera. Dos días de intensas nevadas que dejaron a Aramón Cerler con unas condiciones inmejorables, y con espesores garantizados para toda la temporada.

Catorce días después, y coincidiendo con San Valentín, el carnaval invadió cada rincón de la estación, desde la mañana hasta la tarde. No faltó la bajada carnavalera, y por supuesto el ya tradicional concurso de disfraces, donde se premiaron las mejores indumentarias. Sin embargo, si algo tuvo verdadero éxito este año, fue ese momento especial de la “bajada de antorchas” Un descenso diferente en un ambiente mágico en el que este año participaron casi 400 esquiadores, todo un récord en forma de espectáculo de luz.

Aramón Cerler comenzó la temporada con fuerza, y con esa misma fuerza continuó. La suficiente como para plantearse tener su propio récord, el récord Guinnes al mojito más grande del mundo. Un total de 3.404 litros, el mismo número de metros que tiene el pico más alto del pirineo, el Aneto, al que se puede ascender desde el vale de Benasque. Por supuesto, lo conseguimos.

Los amantes de la rica gastronomía y la alta montaña tuvieron su momento en el Cerler Gourmet Festival. Una cita que tuvo su momento álgido la noche del Snowcooking, celebrada gracias a los alumnos de la Escuela de Hostelería de Guayente.  Los afortunados que pudieron vivir esta experiencia, tuvieron la oportunidad de descender por las pistas con la estación ya cerrada, y degustar un menú exclusivo acompañado de los mejores vinos de Enate y el mejor cava Reino de Aragón.
Tras la cena, volvieron a calzarse los esquís para bajar por las pistas de la estación hasta Cerler 1.500, en un descenso iluminado por antorchas que convierte a esta actividad del Snowcooking en una experiencia única.
https://www.youtube.com/watch?v=HZw4enbQjn4
También ha sido el año de las competiciones deportivas. Carreras sociales como la del Club Turbón Las Paules, Esquí Club Cerler Aneto o la Club Esquí Valle de Benasque demostraron que existe una cantera de amantes de este deporte dispuestos a superarse año tras año.  Pero si hay una carrera de referencia en Aramón Cerler es sin duda el Trofeo Pitarroy. Además, este año celebraba su vigésimo aniversario. Los niños y niñas de categoría alevines de toda España demostraron, un año más, que la Pitarroy se ha convertido en cita obligada para cientos de jovencísimos esquiadores.

Y también los más jóvenes encontraron en este centro invernal la oportunidad de poder demostrar sus conocimientos en FreeStyle. Fue durante el Cerler Freestyle 4 Kids, donde niños de entre 5 años y 16 años no tuvieron ningún reparo en demostrar sus trucos y piruetas ante los cientos de personas que este año no quisieron perderse el evento.

 
Pero si por algo ha destacado la estación del valle de Benasque este año ha sido por su solidaridad y amor por su territorio. Así lo han demostrado los “embajadores”, esos voluntarios que desde 2007 se ofrecen a dar a conocer la estación a todo aquel esquiador que la visite por primera vez, o a aquellos que aunque ya hubieran estado, quisieran conocerla de una forma “diferente”.

En esta temporada que hoy termina, 600 esquiadores han escuchado y aprendido de esta docena de voluntarios que les une el amor por su territorio, y por supuesto, de su estación, Aramón Cerler.