El Valle de Tena ofrece numerosas opciones para perderte en la naturaleza y todas ellas te brindan paisajes de ensueño que te harán sentir que caminas por el paraíso. Si aún no te has dejado conquistar por la zona, te invitamos a hacerlo con dos rutas en las que la belleza natural es protagonista.
Ruta a los ibones de Ordicuso
Si quieres algo light con vistas a un entorno espectacular, te recomendamos esta ruta. Su duración es de 2.40 horas y no tiene gran dificultad técnica, por lo que es perfecta para quienes buscan iniciarse en la montaña.
La ruta parte del Balneario de Panticosa. Una vez allí, debes dirigirte hacia la fuente de la Laguna, donde empezarás un ascenso por un bosque con vistas al Balneario. Cuando salgas del bosque, llegarás a la zona de la Mallata baja. En esta zona verás que disminuye la inclinación y la ruta continua a cielo abierto hacia la izquierda, no dejes de seguir las indicaciones en dirección a Ordicuso.
Llegado el momento, verás una cascada y, mirando hacia arriba, el barranco de Argualas. Debes caminar pegado a la cascada siguiendo la dirección que marcan los hitos. Poco a poco el sendero irá girando hacia la izquierda hasta llegar a los ibones. Lo más habitual es rodearlos y comenzar el descenso por el mismo camino hasta llegar al Balneario de Panticosa, aunque te recomendamos pararte a disfrutar de las vistas antes de volver al punto de origen.
Ruta al refugio de Bachimaña e ibones azules
Adéntrate en el corazón del Valle de Tena con esta ruta mágica llena de saltos de agua y paisajes idílicos de principio a fin. Para poder hacerlo, deberás llegar a la Casa de Piedra, en el Balneario de Panticosa. Una vez allí, toma la GR-11 en dirección al refugio de Bachimaña y ve siguiendo las marcas rojas y blancas que encontrarás a lo largo del recorrido.
El camino comienza con la ascensión por un colorido bosque que te llevará hasta un mirador. Continuando la ruta, en pocos metros, comenzarás a caminar de forma paralela al río Caldarés. El sonido del agua, junto a los continuos saltos de agua, crean un clima de paz absoluta. Disfrútalo. El camino se estrechará en algunas zonas, pero no debes preocuparte, dispones de una cuerda que te dará mucha seguridad en los tramos más estrechos. Llegado el momento, verás que el camino se abre. Has llegado a la pradera de Bozuelo. Admira el paisaje que te rodea y coge aire, porque vas a llegar a la Cuesta del Fraile, la zona con mayor inclinación de toda la ruta. Subida la cuesta, habrás llegado al ibón bajo de Bachimaña y cruzándolo encontrarás un refugio con el mismo nombre, donde podrás descansar. Para llegar al ibón alto deberás volver a la senda y continuar hacia la izquierda. Para volver al coche, debes deshacer el recorrido.
Si esto te sabe a poco, te recomendamos seguir la ruta hasta los ibones azules. Para ello, una vez hayas llegado al ibón alto de Bachimaña, debes tomar el camino que va hacia la izquierda y que está señalizado con marcas rojas y blancas sobre las rocas (como las que has seguido durante todo el camino). Supone unos 4 kilómetros más de recorrido pero, si eliges esta opción, no te arrepentirás.